jueves, 16 de abril de 2015

Mi primer día en el Lolita

Mi primer día en el Lolita

Hola familia!!

Hoy quiero hablaros de como fue mi primer día en el Lolita y como me hizo sentir.

Mi nombre es Verónica y vivo en Barcelona. Quiero hablar de este día por que fue uno de los más maravillosos de mi vida. Fue una mañana de Octubre del año 2013. No recuerdo muy bien como sucedió que me puse en contacto con una chica a la que ahora mismo adoro, Sara. Le escribí días antes comentado que tenía ganas de empezar en el lolita. Que me flipaban los coordinados y tenía que probar.

Ella me comentó que estaban organizando un desfile en un centro cívico en Fontana (Gracia, Barcelona) que si tenía algo ya en mi armario de lolita le enviara unas fotos para ver que tal y me podría unir al desfile.

Ahora veo que mi ropa de aquel día no era increíble pero me sirvió para empezar y sentir lo que sentí ese día que me hizo amar el lolita como una de las cosas más importantes de mi vida ahora mismo.

Me había comprado un vestido rojo (aunque en la foto del sitio web era color borgoña) en un sitio de china muy baratito. Con unos zapatos blancos de plataforma y unas medias blancas con lacitos, además de un petticoat que aún uso a día de hoy.
Para aderezar el coordinado compré en otro sitio web, también de china, una peluca negra con dos coletas a ambos lados. Yo tengo el pelo moreno muy oscuro, pensé que lo suyo era elegir una peluca negra para que no rompiese el match con mis cejas negras como la pez. Más tarde descubrí que eso da igual y que puedes llevar la peluca del color que quieres, o no llevar.

Le envíe a Sara las fotos, unas fotos cutres mal hechas en la terraza de mi piso. Ella me dijo que estaba muy bien y que me incluía en el desfile.

El día D en la hora H teníamos que presentarnos en el centro cívico para hacer un ensayo del desfile, por la mañana. Yo fui con mi ropa normal de calle, después me iría de nuevo a casa a ponerme mi outfit de lolita. Estaba nerviosa por que iba allí sin conocer a nadie, ni sin saber nada del lolita ni sber que iba a decir. Había bastantes chicas, que se conocían entre ellas algunas, otras estaban más o menos como yo. Hicimos el ensayo y yo intenté interactuar un poco con las chicas con los consiguientes nervios que supone el no conocer a la gente de nada y que "intimidaban" un poco ya que iban muy muy guapas con sus coordinados de lolita y yo suponía que entendían mucho del mundo lolita y yo evidentemente no sabía nada de nada. Ni sabía que al petticoat se le llamaba así, yo lo llamaba can can. Ahora me hacen gracia estas cosas.

Aunque me sentía pequeña y débil, y un poco fuera de lugar puse lo mejor de mi. Después del ensayo volví a casa para prepararme convencida de mi misma. Convencida que aquello era lo que quería e iba a salir bien. Las cosas buenas no son fáciles. Para mí, este día fue un gran esfuerzo emocional, Pero algo me decía que al menos tenía que intentarlo, intentar conocer eso que me llamaba tanto la atención y que me fascinaba. Si al final no era tan genial como pensaba al menos lo habría intentado.

A eso de las 4 de la tarde me presenté allí con mi coordinado de lolita, ahora veo que con el paso del tiempo he mejorado mucho con los coordinados, pero en ese momento me sentía la persona más especial del mundo.
Las chicas con las que había estado hablando horas antes apenas me reconocían con la peluca y el vestido. Nos metimos en el backstage y allí empezamos a arreglarnos el pelo, las pestañas postizas, los pettis, ha hablar de donde habíamos conseguido la mejor ganga...Yo estaba un poco abrumada por que mi coordinado no era tan elaborado ni tan precioso como lo que llevaban otras chicas, pero ellas me hicieron sentir muy bien y yo decidí sacar lo mejor de mi, ser la mejor versión de mi misma: sonriente, amable, encantadora...en definitiva hacer un esfuerzo por conocer e interesarme por esas chicas que eran completas desconocidas para mi pero que con el tiempo han pasado a ser grandes amigas.

Casi toda mi vida he pensado que hay gente que por sus caritas y expresiones fáciles te transmiten paz, Eso es exactamente lo que me pasó con Anais, una persona encantadora que conocí en este desfile y que desde el minuto cero que la dije hola me cayó fenomenal. Nos tocaba desfilar una detrás de la otra. Y fue allí, entre bambalinas, cuando estábamos a pocos segundos de empezar el desfile y todas estábamos en nuestros puestos para salir cuando me dí cuenta de lo más maravilloso de todo esto: ellas estaban tan nerviosas como yo. Eran tan humanas como yo. Estábamos allí casi temblando por salir delante de la gente, intentando recordar como teníamos que hacer nuestros pasos, y nadie era más que nadie, eramos todas iguales. De carne y hueso. Con inseguridades, miedos, nervios y temblores, pero lolitas. Esa sensación valía un millón de euros de verdad. Dejé de sentirme pequeña y me sentí totalmente normal, no tenía que tener miedo, todo iba a salir bien por que era una lolita junto con otras lolitas haciendo lo que mejor sabíamos hacer, ser especiales tal y como éramos. Humanas.

El desfile transcurrió muy bien, en mi parte recorrí el escenario como si fuera el correcaminos por que cuando me pongo nerviosa me acelero y no lo puedo evitar. Aún así todo me pareció un éxito.

Después fueron aplausos, abrazos, miles de fotos y una sensación de flotar en una nube. Si, todo había salido bien. No, no solo bien, Había sido maravilloso. Y no lo digo por los 3 minutos de desfile. Había sido maravilloso por todo lo demás, conocer a las chicas, dejar de sentirme pequeña. Combatir mis prejuicios a base de experimentar las cosas en lugar de juzgarlas desde fuera. 
Había estado allí con ellas, las había visto acicalarse, estar nerviosísimas, desfilar como ángeles, las había visto humanas y las había visto como diosas. Y eso era lo mejor, yo no tenía que ser divina para estar entre ellas, tenía que ser humana.

La reflexión que quiero compartir de eso es que a veces las cosas cuestan, y cuestan mucho. Las mejores cosas no son gratis, y tampoco hablo de dinero, hablo de ganas, de romper los miedos, de estar temblando por dentro y sacar lo mejor de ti por fuera. De echarle un par de ovarios. Las demás personas tenemos también miedos e inseguridades, nos hemos sentido pequeñas y de eso nos hemos hecho grandes. Una imagen externa te puede hacer pensar una idea; mira esas lolitas, se conocen entre ellas, van super chulas con sus looks currados, me hacen sentir diminuta... Pues la verdad es que todas somos pequeñas de vez en vez y todas podemos sacar lo grande que hay en nosotras. No te quedes con lo externo. Lucha contra tus miedos y salta a la piscina como hice yo. Fue una experiencia irrepetible y ahora ser lolita me llena el alma. Por que debajo de los pettis, y los JSK, y los pololos hay seres humanos, tan frágiles y tan fuertes como tú y como yo.




 

4 comentarios:

  1. Genial Vero, me ha gustado mucho conocer tu experiencía. Yo aun me acuerdo que la primera quedada que fui estaba temblando, pero conocí a unas de mis mejores amigas... al final la amistad es lo mejor del Lolita

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  2. Qué tierno todo Vero, qué bonito <3

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  3. Ya te dije que me ilusionó muchísimo que ese evento fuera tan importante para ti : ) Un besazo y ha hacer más cositas para poder crear nuevos recuerdos bonitos!


    Sara.

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  4. Me ha encantado leer la experiencia de ti primer dia en el lolita.
    Justo hoy yo he pedido mi primera falda y estoy emocionada por que me llegue para poder empezar
    ¡Hasta pronto!

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